Esta primera entrada me gustaría dedicarla al dolor abdominal en el embarazo. Es un tema que aunque la mayoría de veces es inofensivo, también es uno de los temas que más te preocupa… Sí, a ti que lees esto y estás embarazada.
Tipos de dolor abdominal
Es importante destacar que existen muchos tipos de dolor abdominal (que nada tienen que ver entre sí) y que, además, el umbral del dolor es muy distinto entre todas vosotras. Lo que para mí es un dolor intenso, puede suponer para ti una leve molestia a la que no le prestas mayor atención porque, así es, es importante diferenciar entre dolor “físico” y dolor “emocional”. La forma de afrontar unas molestias, también influye en cómo percibimos las mismas.
Que padecer molestias durante el embarazo sea algo normal, no significa que toda molestia lo sea. Con esto, quiero dejar claro que ante la mínima duda del origen del dolor abdominal, o simplemente preocupación de no saber si es normal, debe consultar con su Ginecólogo.
¿Por qué tenemos molestias durante el embarazo y tras consultar, la mayoría de veces, nos dicen que son normales? El útero (en cuyo interior está creciendo esa nueva vida), no está suelto en el abdomen, como se podría pensar. Está “sujeto” por distintos ligamentos. Uno de los ligamentos más importantes (uno a cada lado del útero), es el ligamento redondo. A medida que el útero crece, estos ligamentos, por una parte, se estiran y, por otra parte, se hacen más consistentes, pues necesitan soportar mayor peso que cuando no existe embarazo. Es por este motivo que una pregunta común por parte de tu ginecólogo cuando consultas por dolor abdominal, es si éste se incrementa con los movimientos, al subir o bajar escaleras o al cambiar de postura en la cama. La respuesta afirmativa a esta pregunta, orienta este dolor a lo que comúnmente se conoce como “dolores de crecimiento de útero” y es un dolor completamente fisiológico y normal.
Sin embargo, en el embarazo existen otro tipo de dolores abdominales influenciados por el cambio hormonal al que tu cuerpo está sujeto en este periodo. Dentro de éstos, se encuadran el famoso cuadro de “ardores”, gases o hinchazón, así como el dolor producido por el estreñimiento.
Todos ellos, se producen como resultado del efecto de la progesterona, una hormona que adquiere un protagonismo especial durante el embarazo; a nivel del estómago, esta hormona produce dilatación del esfínter esofágico lo que favorece el reflujo de alimentos desde estómago a esófago y la consecuente quemazón asociada. A nivel intestinal, esos síntomas del embarazo están explicados porque, en este caso, la hormona produce un enlentecimiento de la digestión así como de los movimientos intestinales. De ahí el aumento de gases, sensación de distensión abdominal y estreñimiento durante el embarazo.
Existe medicación para combatir estos síntomas del embarazo, con mayor o menor éxito, así que no dudes en comentarlo con tu Ginecólogo o Médico de Atención Primaria.
Me gusta usar mucho una frase y es que estar embarazada, no es estar enferma, y así debemos tomarlo. Ahora bien, se producen una serie de cambios fisiológicos (hay muchos más, de los que me ocuparé en otro post), que nos hacen susceptibles a padecer distintos problemas como son estos que os he ido comentando.
Contracciones de Braxton-Hicks
No podía terminar esta entrada sin dedicar unas palabras a las famosas contracciones de Braxton-Hicks. Y digo bien refiriéndome a ellas como famosas pues todas vosotras la conocéis perfectamente. Es raro que alguna de vosotras venga a mi consulta de ginecología y no sepa describirme a la perfección qué son estas contracciones. Es positivo que así sea, pues os quita parte de la angustia que puede suponer la duda en si son contracciones de parto o no.
Por definición, las contracciones de Braxton-Hicks, no son contracciones de parto. Generalmente, suceden a partir de la segunda mitad de embarazo. Puede acompañarse de endurecimiento abdominal (por contracción uterina) pero nunca se acompañan de dolor abdominal. Duran escasos segundos, no son dolorosas y si esporádicas, es decir, no son repetidas en el tiempo.
Estas contracciones, necesariamente deben cumplir esas premisas. En el momento en que empiecen a ser dolorosas, se repitan en el tiempo (y no sean esporádicas) y se acompañen de otros signos como sangrado vaginal o persistencia en el tiempo, entre otros, debéis consultar por un servicio de Urgencias, sin dudarlo.
Espero haberos aclarado parte de vuestras dudas acerca de ese dolor inespecífico que, afortunadamente, la mayoría de ocasiones no implica ningún riesgo para vosotras ni para vuestro bebé. No obstante, me gusta insistir en que estáis en un periodo de muchos cambios y es lógico y normal que os asalten las dudas ante el mínimo signo de alarma o dolor abdominal… por muy insignificante que este sea. Para eso estamos los profesionales, para tranquilizaros y explicaros cuál puede ser la explicación de lo que estáis sintiendo y que directrices seguir según la evolución.
Relajaros y disfrutad del embarazo. No olvidéis que sólo una mujer embarazada sabe qué se siente cuando una nueva vida crece dentro de ti y eso, chicas, es MARAVILLOSO.